miércoles, 31 de diciembre de 2014

La despedida

"Pasa se va se pierde
no se detiene
fluye
mana incansablemente
se escapa de las manos
corre vuela a su fin
se desliza
se apaga
se aniquila
se extingue
se deshace
se acaba".

Idea











Tradiciones son tradiciones. Desde los balcones de Ciudad Vieja caen baldazos de agua fría, especialmente a aquellos que andan despistados; el Mercado del Puerto es el punto de encuentro para descargar todas las penas y alegrías (acumuladas en el año) con sidra y emborracharse como nunca. Los almanaques y los papeles ya viejos, se tiran por la ventana como liberando las malas ondas y dejando atrás los malos recuerdos. Como quien no quiere la cosa se nos fue otro año. Y a otra cosa mariposa.  









martes, 30 de diciembre de 2014

En medio del glamour

Aromas. Bronceadores, mar y arena. Las angostas calles de José Ignacio atestadas de autos con matriculas argentinas, paraguayas, brasileras y otras que no reconocí. Caminando hacia la playa principal del balneario, impactaba una cola de gente. Mujeres con amplias capelinas y lujosos colgantes en las muñecas y el cuello, cincuentones con sombreros, bermudas y camisas hippies, niñas rubiecitas de pelo largo y bellas como las de las películas hollywoodenses (las que veía de niña). 17.oo. Todos esperaban una mesa vacía para almorzar en La Huella, el parador donde una hora más tarde de lo previsto, se hizo el evento en el que el ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y los intendentes de Maldonado y Rocha y otras autoridades dieron a conocer públicamente que la Laguna Garzón se incorporó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Chocolate por la noticia. Un mes antes la novedad ocupaba páginas de diarios y portales y minutos de televisión. Es que había que cumplir deseos de alto mando de estar ahí, olfateando los inicios de verano y despidiendo el año, al parecer.

Parecía chiste. Enseguida saltaron las bromas. Imaginate: Sos porteño, te la pasas el año deseando que llegue el verano para escapar de la locura bonaerense y rajarte al paraíso made in Uruguay, pagas fortunas (para vos no tanto) por comer en un parador-restaurant rústico pero glamouroso y de golpe porrazo te fumas un discurso atrás del otro de tipos semi entrajetados al lado de tu mesa donde tenés los pies para arriba y la copa de cristal en la mano, y justo en el momento que te estás cargando a la minita que venías vichando hace un rato caen los periodistas y camarógrafos unos atrás del otro, que no son tantos pero lo suficiente para llenar el diminuto espacio reservado para el evento. Lo bueno, es que en una de esas sonreís para la cámara estirando la mano y levantando el vino que te costó unos buenos mangos y  en un flash de segundos te agarra la contentura porque saliste en la tele de Punta, hasta que escuchas que alguien dice que “debemos buscar las soluciones, los caminos que permitan que las resultantes del trabajo de esos conflictos nos deje avanzar como sociedad”.

Pero de qué conflicto hablas, mirá el solazo y las colales que hay en este pedacito de sociedad que tampoco es la de acá. Y seguís en la tuya, al igual que los gringos que ni se tocaron, mientras las pobres mozas van y viene entre las tablas (a veces tropiezan) mostrando los dientes falsamente porque no dan más y piden a gritos una cama. Pero aún les quedan muchas, muchas horas de llevar y traer bandejas, platos, pedidos y algún cubierto que en el camino, con tanta cosa en la cabeza se olvidaron, pensando quizás en la envidia que le tienen a los que están en la playa, frente a ellas, y se pegan un buen baño entre las olas que trae la brisa suave, ésa que me salvó a mí y a otros tantos del calor insoportable.

Pero flaco, la sacaste (y la sacamos) barata. Fue cortita y al pie (demoramos más en ir y venir de la capital que lo que estuvimos allí), con discursos cortitos y concisos entre lo chin-chin de las copas que, seguro, brindaban por estar, sin duda, en ese bellísimo paisaje (que pocos uruguayos podemos disfrutar porque no está hecho para nosotros) a poco metros de las áreas, ahora, protegidas y que seguramente pronto, despierten el entusiasmo de ustedes, los muchos turistas extranjeros y de vecinos países, cuando el puente quede terminado y se percaten que pasar de Maldonado a Rocha y viceversa, va a ser más periquete que ahora. Ahí algunos de nosotros nos daremos una vueltita en auto para ver la nueva urbanización y tal vez darnos el gusto de sentarnos en los futuros bancos que tendrá el puente, mate y termo bajo el brazo,  para disfrutar, al menos, de esa vista que, por cierto, deja unos mangos al paisito.

Y a pleno sol, quienes terminaban calamares, buenos vinos y champagne daban paso a otros que venían de la playa –un verdadero hormiguero vista de lejos– todos bronceados y aprontándose para la gran movida de la noche, mientras nosotros pegábamos la vuelta con tentaciones veraniegas insatisfechas. Y sí, así es el verano. Y esto recién comienza. 



La base está

La Laguna Garzón fue declarada oficialmente Área Protegida

La balsa cruza vehículos, ayer, en la Laguna Garzón. 

En el parador La Huella de José Ignacio se realizó ayer el acto en el que se anunció públicamente la incorporación de la Laguna Garzón al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). De esta forma, se cumple uno de los requisitos para la realización del puente que unirá los departamentos de Maldonado y Rocha. Con la integración de la Laguna Garzón, son 12 áreas que integran el SNAP, que cumplió seis años de gestión; éstas comprenden actualmente 180.397 hectáreas. El conjunto del territorio bajo distintas formas de protección se ubica en el entorno del 8% de la superficie terrestre y marina del país, de las cuales 0.6 % están bajo la protección del SNAP, aclaró el director del organismo, Guillermo Scarlato, en diálogo con la diaria.

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La Laguna Garzón, ubicada en el límite entre Rocha y Maldonado integra un extenso sistema de lagunas de la costa atlántica del Cono Sur, siendo unos de los ecosistemas autóctonos de Uruguay, de elevado valor paisajístico y patrimonial con una gran diversidad de fauna y flora asociada a esos ambientes. Tiene casi 37.000 hectáreas de las cuales cerca de 10.000 corresponden a la laguna y tierra y el resto al océano.
Con esta medida, de incorporada al SNAP como “Área de Manejo de Hábitats y/o Especies” se cumple una de las recomendaciones de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) para la construcción del puente, iniciativa que tomó fuerza a partir de 2008, a raíz del interés del empresario argentino Eduardo Costantini, propietario del proyecto turístico Las Garzas, ubicado sobre la laguna, del lado de Rocha.  Al año siguiente el empresario firmó un convenio con las intendencias involucradas, pero el proyecto generó muchas controversias entre vecinos de ambas zonas ya que el entonces presidente, Tabaré Vázquez, lo aprobó sin que se conocieran previamente la estructura ni el impacto ambiental que podría generar.
    Cuando el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, diseñador del proyecto, presentó la segunda propuesta del puente, la que finalmente se eligió, diseñada a partir de un modelo circular edificado sobre pilares, que permite el paso de embarcaciones por debajo, con sendas peatonales en todo el perímetro y bancos, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) aseguró que la obra era “totalmente integrada al paisaje, sin afectación en la dinámica costera”.
    Posteriormente y anticipándose a la edificación de la obra, en febrero de 2013, tras el Decreto N° 51/013, se nombró a la ruta 10 Juan Díaz de Solís, a la altura de laguna Garzón, en el tramo comprendido entre Camino Sainz Martínez (183 kilómetros). Por su parte, la ruta 15 (223 kilómetros) se declaró de “valor turístico”, por lo que se  prohibió la circulación por ese tramo de vehículos pesados de gran porte ni de carga por dicha ruta, con el fin de “preservar el valor paisajístico de la zona”; con esta medida se cumplía otra de las sugerencias de la Dinama.
Para Rocha “no es un tema nuevo” dijo a la diaria el intendente Artigas Barrios, en referencia a que Cabo Polonio y la Laguna de Rocha integran el SNAP. No obstante, considera que es un desafío importante gestionar el área protegida “junto con la Intendencia de Maldonado” y hacer que “el desarrollo se produzca de acuerdo con lo que se planificó, dando lugar a un turismo de alta calidad pero de baja densidad, con poca ocupación y respetando el paisaje, aprovechando ese recurso natural como un recurso económico”. “Los departamentos tienen derecho a aprovechar eso”, agregó, “siempre que no afecte la riqueza que puede haber para las futuras generaciones”.
El ministro de Vivienda, Ordenamiento Terriorial y Medio Ambiente, Francisco Beltrame destacó la particularidad de que la Laguna Garzón sea la primera área que involucra dos administraciones departamentales: “Es un desafío de la articulación que presenta cualquier acción en un territorio en el que hay conflicto de intereses”, dijo.

Gente en obra

 “Prohibido el paso a toda persona ajena a la empresa”, alerta un cartel, en alusión a las obras que comenzó la empresa Saceem del lado oeste de la laguna.
La obra comienza con dos terraplenes en forma de “brazo” que avanzan sobre el lecho de la laguna, donde ya se ven algunos pilares. En el centro está instalado el obrador donde se ubican las maquinas y materiales. Adelante, un cartel de “desvío” conduce al  cruce de la balsa desviado al costado derecho de la obra.
    Las obras en el puente empezaron en setiembre y, según Barrios, se prevé que finalicen a fines del 2015 o principios de 2016. El jerarca rochense afirmó en diálogo con la diaria que el puente tiene un costo total de nueve millones de dólares, dos tercios de los cuales son absorbidos por la empresa de Costantini y un tercio el MTOP.  Además, Barrrios detalló que no está previsto cobrar peaje. Consultado por el trabajo de los balaseros, dijo: “Son empleados del MTOP; los destinará a otra tarea, pero  un funcionario público no pierde el trabajo”. 
    Con respecto a la futura urbanización que podría generarse, aclaró que va a existir, pero “va a ser ordenada”. Detalló que no se puede urbanizar más de 35 % entre la ruta 10 y el mar, y recalcó que está establecido cuáles deben ser los sistemas de saneamiento y cómo tienen que ser los servicios eléctricos para que no afecten el paisaje, aunque naturalmente alguna pequeña cosa se va afectada”. “Para que todo estuviera totalmente natural tendríamos que volver 5000 años atrás”, afirmó.
Todas las autoridades destacaron que el principal beneficio del puente será la conexión y comunicación “segura y permanente” que permitirá entre ambos departamentos turísticos.
    Por su parte, el director Nacional de Turismo, Benjamín Liberoff, destacó la importancia de incorporar una nueva área al SNAP en un país que tiene a Uruguay Natural como su marca país. Catalogó el proyecto de Viñoli como “un desafío muy importante” y “una incorporación que se va a convertir en un factor turístico que va a ayudar al desarrollo de la propia área protegida”, concluyó.

Virginia Martínez Díaz
** Publicado en la diaria. Martes 30 de diciembre, 2014. Pág. 5

viernes, 26 de diciembre de 2014

¿Bailas?


"El tango es el tango. Por más que le pongan 
ribetes compadres o cintas de amor.
El tango es el tango, si tiene milonga 
no importa que sea de ayer o de hoy".
J. B. A. Gatti

Un pretexto para encontrarse. Hoy, Avalancha Tanguera le sacó brillo a las baldosas del Mercado Agrícola ante decenas de espectadores.












jueves, 18 de diciembre de 2014

Confesión de amor

Están. Se ven. Por todos lados, en todas partes, por todo el Uruguay. Visten muchos jardines, parques. A simple vista no dicen mucho. En detalle, uno le encuentra delicadezas. Las hay blancas y azules, más bien violáceas. Flacas, largas, de flores pequeñas, sencillas, pero elegantes. Aunque parecen, quizás, poco románticas, es la “flor del amor”. Jamás lo hubiera imaginado. No es un invento mío. Agapanthus procede de las palabras griegas agape, que significa amor y anthos, flor. Entonces, mi memoria me trajo aquella fotografía en blanco  y negro: En un hermoso contraluz, varias Agapanthus blancas bordeaban un cantero de ladrillo y adornaban una esquina. A mi grandote esa imagen, cerca de su casa, la nuestra tiempito después, no sé por qué, le hizo pensar en mí, sin saber su significado. Casualidades, coincidencias, el destino, vaya uno a saber. Y como una declaración de amor, la registró y me la regaló, en esas vueltas que uno hace queriendo conquistar a su enamorada. Hoy, casi cinco años después, yo le obsequié éstas a color que encontré en un lugar impensado por el que anduvimos de pasada, por conocer nomás, y que siguen, por qué no, alimentando nuestro amor y recuerdan aquella imagen. Como alude su nombre, son eso: testigos del amor, el nuestro.  


La Coronilla, Rocha. Diciembre, 2014.

La Coronilla, Rocha. Diciembre, 2014.



viernes, 12 de diciembre de 2014

Fumetas

Organizaciones que respaldan la Regulación de la Marihuana (Ley 19.172), marcharon ayer por la Av. 18 de Julio, desde la explanada de la Universidad de la República hasta la plaza Liber Seregni, para celebrar su primer año de aprobación.





















jueves, 11 de diciembre de 2014

Pa' que bailen los muchachos


Carlitos Gardel y Julio De Caro nacieron un 11 de diciembre. Por eso hoy se celebra el Día Internacional de Tango. Y los muchachos bailan.













miércoles, 10 de diciembre de 2014

Derechos son derechos

Por fijar uno nomás. Porque un día como hoy del año 1948, se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Porque cada tanto hay que recordarle al Estado que debe cumplir el respeto a los derechos básicos de todo ser humano, los 365 días del año. Su obligación es protegerlos. Vivir dignamente es uno de ellos.  



Esquina de San José y Ejido. Montevideo.




viernes, 5 de diciembre de 2014

Suenan los tambores


Desde el 2006, cada 3 de diciembre Uruguay celebra el Día Nacional del Candombe, la Cultura Afrouruguaya y la Equidad Racial.







jueves, 4 de diciembre de 2014

El edén

Calor. Mucho calor. La calle arde. El verano se acerca, se insinúa intensamente. A quién no le dan ganas en estás épocas de estar en uno de esos paradisíacos balnearios del este que, orgullosamente, tenemos. El Cabo, Valiza, Punta del Diablo... Cualquiera, tanto da.  El mar, el aire que se respira allí, permite donde sea, desconectarse del mundo. Olvidarse de todo y dejarse llevar. Simplemente, ser.


Valiza, 2011.

Valiza, 2011.

Valiza, 2011.

martes, 2 de diciembre de 2014

Late que late I

Escolares impartieron lecciones para extinguir la violencia y lograr una sociedad en igualdad de derechos y oportunidades

Con los niños como protagonistas y un calor insoportable, el sábado 29 en la plaza N° 16 de Camino Maldonado, el colectivo La Pitanga y la Red No Violencia de Punta de Rieles, realizaron una actividad de sensibilización y difusión sobre la violencia de género y abuso sexual, en el marco del Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres.


Gabriela Carrier de La Pitanga entrega folletos a vecinos del barrio La Esperanza.

Un silencio atronador. La plaza colmada. “Bum, bum, bum, bum” disparaba un parlante. Los latidos del corazón de un bebé en la panza de su mamá. Y en eso, un grupo de 14 adultos y tres niñas suben al escenario. Debajo de una tela en constante movimiento, las pequeñas saltan. Una mujer se mueve de un lado a otro con cintas celestes y rosadas. La tela se abre y las pitanguitas –como las denominan– aparecen en escena con cintas de varios colores en sus manos. Una pareja heterosexual y una homosexual se encuentran, se abrazan, y mujeres juegan al fútbol. Así es la vida: Diversa. Por eso la idea de romper los estereotipos mediante la multiplicidad de colores. Luego, bajan del escenario. Y otra vez los latidos. Ahora, suenan distinto. Salen de un tambor y representan los de adultos. Todos se visten con chalecos blancos y caminan hacia los espectadores. Delante, llevan impreso un enorme corazón. Atrás, la consiga: “Siempre escucha tu corazón”. Se acercan a los vecinos sin sacarle los ojos de encima y una mano golpeándole el pecho, del lado izquierdo. Intentan generar una reacción en ellos. Se necesita de ella “para escucharse a sí mismo”, dijo la terapeuta corporal Mabel Santos, diseñadora de la performance. Y lo logran. La gran mayoría de los presentes mimetizan la acción. Incluso, algunos, no pueden evitar la emoción. Muchos ojos brillan. 
La frase surgió de niños y niñas de sextos años de las escuelas 342 y 227 del Km 16 y la 157 de Villa García, en los talleres “Me cuido, cuidame” que realizó La Pitanga, con el fin de que aprendan a detectar cualquier situación que genere peligro “desde la positiva”, explicó la asistente social y fundadora del colectivo, Claire Niset. “Entendemos que la forma de cuidarse es primero escuchándose y conectándose con su primera intuición”, agregó.
A través del juego, los niños, reflexionaron cómo cuidarse entre ellos en la escuela, en los espacios públicos, en las redes sociales y en la propia casa. Y la tenían clara. En el proceso supieron que no debían vender su cuerpo, tener relaciones sexuales sin preservativos, no entrar a casas de desconocidos ni darles su número de teléfono. Las niñas resaltaban que no podían quedar embarazadas. Los varones, algunos, decían: “Que no te llegue un tiro cuando vas a robar”. Enfatizaron, asimismo, el no dar datos personales ni escribir a personas desconocidas en facebook, ni subir fotos en ropa interior. Pero, la sorpresa fue la voz de niños que resaltaron la importancia de cuidarse de las violaciones y del maltrato de los padres. De estos talleres salieron a luz muchos casos de violencia doméstica, contó Alejandra Villano, directora de la Escuela N° 227. Y al desarrollar una teatralización cualquiera, personificaban a un padre que golpea a la madre, ésta cae al piso y el niño “salvador” llama a la policía. Otra representaba una boca de droga. Varios niños tirados en el piso hacían que fumaban hasta que uno se acercaba y les decía que eso no es bueno para la salud. “Después de todo esto sentimos que el lugar donde se sentían más protegidos era en la escuela”, expresó Niset.
La Pitanga, dijo Villano, es la ONG referente de la zona y la única que trabaja en violencia. Relató un caso de tres hermanos de 7, 9 y 11 años que les “afectó muchísimo”. El mayor, agobiado por tanta violencia y frente a una madre que hacía oídos sordos, le comunicó a la maestra la situación. Se dialogó con la mamá, aseguró la directora, y este año, “logramos que fuera a La Pitanga, tendiera los caminos y se diera cuenta de lo que estaba viviendo”. Los niños y su madre fueron trasladados a un refugio por unos meses. Actualmente viven en la casa de los abuelos maternos y reciben un seguimiento desde la ONG, aseguró Villano. Subrayó que desde la escuela se sienten “impotentes” porque “es difícil que la mamá haga la denuncia y logre hacer todo el proceso”. La causa: temor. Mientras, las miradas de los niños se entristecen. En la mayoría de los casos, la mujer que sufre violencia soporta la situación porque no tienen dónde vivir y cómo sobrevivir, ya que el hombre es el sostén de la familia, señalaron la directora y una policía comunitaria presente en la actividad. Ésta además, destacó que desde que se abrió la oficina de violencia doméstica en la Seccional 18, llegan muchas denuncias. A su entender, las mujeres están más abiertas, quizás, por la difusión que hay del tema. Incluso, y aunque contados con los dedos de una mano, aparecen hombres que denuncian violencia ejercida por la mujer. “A veces la gente se queja de que no hay recursos pero tampoco los busca”. Explicó que si bien la policía comunitaria se encarga de problemas vecinales, a veces el juez ordena que se hagan seguimientos de casos de violencia doméstica, y se los deriva a organizaciones que trabajan en la temática. 

No es un cuento
Tan solo un instante bastó para que la vida de Valeria cambiara por completo. Trabajaba cuidando niños que vivían con el padre. Una noche, el hombre llegó borracho y la violó. Antes no quería salir ni a la puerta. Tenía mucho miedo. Ahora también, pero no tanto. A través de Virginia Sabaris, la médica de la policlínica donde vive, llegó a La Pitanga. Ahora no está sola y sienten más fuerza para enfrentar el mundo y ayudar a otras a no bajar los brazos y seguir luchando, contó.
El colectivo trabaja en la práctica “desde las vivencias”, interpelando al otro y generando un compromiso real de los vecinos, los primeros en conocer las situaciones de violencia. Por eso, señaló la asistente social,  “es fundamental que estén formados y tengan herramientas para acompañar ese proceso”. Porque si a la mujer que sufre violencia se la presiona para denunciar sin respetar sus tiempos, sus procesos, sus demandas, va a fracasar, aclaró. Es “un tejer las relaciones sociales”, en las que además, La Pitanga crece lentamente, pero con las raíces tan fuertes que, como el árbol que lleva su nombre, es imposible arrancarlo. 
Los martes en la Policlínica Don Bosco, el quipo del colectivo se reúne con toda aquella gente que quiere trabajar y comprometerse con la temática, escuchando propuestas y dándoles participación a los vecinos. Los jueves, en el Hogar Marista, los especialistas atienden a las mujeres que sufren situación de violencia y desean salir de ella.
Niset considera que si bien hay avances en el tema, “hay mucho por hacer aún”. Cree que no se le da la importancia que merece y que las políticas públicas al respecto son “muy pobres”. Se trabaja con la mujer que consulta, y qué pasa con las demás, cuestionó, con aquellas que no se animan a denunciar y esclarecer la situación.  

Por los barrios
De la ventana del ómnibus contratado sobresalían globos violetas. En el exterior, a ambos lados, afiches alertaban sobre la no violencia y el abuso sexual. 14.30. Se encendió el motor y un grupo de, al principio, 12 personas, salió a recorrer las zonas aledañas: 24 de Junio, La Esperanza, La Rinconada, 8 de Marzo y La Casona, simbolizando un hilo conductor que une a los vecinos.
En cada barrio, integrantes de La Pitanga y personas que se sumaron a la movida, divididos en grupos de dos y tres, golpeaban puertas de casas y almacenes para entregar folletos, dialogar con los vecinos y sensibilizar al respecto. Algunos ni sabían de qué se trataba. Otros sí. Todos escuchaban atentamente y hubo quienes confirmaron que la violencia “se da mucho” en esas zonas. Nelson y Flor de 24 de Junio narraron hechos de violencia en el barrio y en la escuela de sus hijas, quienes no sacaban la vista de los folletos y mostraban sonrisas tímidas. “Ayer mi hija fue a la escuela y tres compañeros le quisieron pegar” soltó indignada Flor, al tiempo que Nelson detalló los gritos de una mujer cuando su cartera le fue arrebata por un joven. “Sabes lo que pasa, dijo, te quedas con remordimiento porque si te metes pagas las consecuencias”. Entonces Cristina
les informó del trabajo y la presencia de la ONG.
En una casa precaria de La Esperanza, Gabriela y Susana, conversaban con una mujer y le entregaban afiches. Mientras ella escuchaba, la voz gruesa y firme de un hombre, salió detrás de la cortina que hacía de puerta: “Acá también hay violencia. No tenemos para comer”.
En La Rinconada, Javier, su esposa Yolanda y sus hijos Fabio, Franco y Facundo de 4, 8 y 15 años respectivamente, se unieron al grupo una vez que el ómnibus se detuvo allí. Y siguieron el recorrido, en el que se sumaba más gente, entregando además calcomanías con los números de servicio de orientación y apoyo de la Intendencia de Montevideo (0800 4141 o *4141 desde celular), que es de alcance nacional, gratuito, confidencial y anónimo y funciona de lunes a viernes de 8.00 a 24.00 y sábados y domingos de 8.00 a 20.00. Para acceder al servicio desde un teléfono público no se necesita ni monedas ni tarjeta.
Mientras Franco pegaba pegotines en las columnas y los portones o pasaba folletos debajo de las puertas cuando nadie contestaba, Javier expresaba que “es difícil abrir y cambiar la cabeza a la gente”, pero “no es imposible”. Y así lo manifestó un matrimonio de la zona, que bajo un árbol en la plaza N° 16, escapando del sol, fue testigo del evento. Roberto, enseguida percibió los latidos del corazón. Le removió épocas de tomografía después de un infarto, contó Hilda, su esposa, en las que ese sonido estaba presente. Sobre la actividad, ella, algo emocionada, indicó que servía para sensibilizar sobre la violencia que es “mucha”. “Todos deberíamos estar unidos, pero se ven caras y no corazones”.
Por eso los escolares al finalizar los talleres, mediante dibujos y tras una carta que se leyó al final de la performance, remarcaron sus derechos a asistir a la escuela, a los controles médicos, a un hogar digno, el derecho al amor. Recordaron que la violencia se manifiesta, entre otras cosas, mediante las burlas, la discriminación, el bullying, cuando un padre no tuvo un buen día y se desquita con su hijo. Y declararon, desde el corazón, haber aprendido a no lastimar, a cuidarse y pedir ayuda cuando es necesario, a no guardar secretos y, el deseo futuro de terminar los estudios, tener un trabajo agradable, una casa propia y una familia. En definitiva, ser felices, siendo escuchados, respetados y aceptados como son, sin ser juzgados en un país libre de violencia. Es que el corazón jamás miente.


Virginia Martínez Díaz

**Publicado en la diaria. 2 de diciembre, 2014. Pág. 8

Late que late II

Barrio 8 de Marzo.

Barrio 24 de Junio.

Barrio 24 de Junio.

Barrio La Rinconada.

Franco reparte folletos en el barrio 8 de Marzo.

 Integrantes de La Pitanga y vecinos, se dirigen en el ómnibus No Violencia  
hacia el barrio La Esperanza.
Barrio 8 de Marzo.
Vecinas se conmueven con la performance de La Pitanga en la plaza 16.

Barrio La Casona.

Virginia interactúa con vecinas en la performance, en la plaza 16.

Kiara difunde pegotines en el barrio La Esperanza.

Laura, Rosa y Virginia. Integrantes de La Pitanga. Performance en la 
plaza 16.