sábado, 11 de noviembre de 2017

Primero de siete

Uno de mis amigos de esa red social por la que hoy transita todo –las alegrías, las tristezas, los chismes, los encuentros, las noticias, los eventos, las novedades más bizarras y hasta las más interesantes, los amores (el de parejas, el de madre a hijo y viceversa, el de los amigos reales), el chisme, si fulanito está con menganita que es amiga de una amiga de la otra amiga que a su vez es amiga de mí amigo y de otros amigos (por ese medio somos como Roberto Carlos: todos tenemos un millón de amigos), del pedo que se tiró sultanita en la rambla o en el parque, en la plaza o la playa; la luna, el sol, la muerte, tantos nacimientos, la información, la política, las banderas, la crónica roja, el sensacionalismo, el humor, el chismes (siempre el chisme), la poesía, el cine, el teatro, la escritura, la literatura, la fotografía, lo público y lo privado, la vida misma, y en la que todos estamos pendientes del dedito para arriba y lo nuevo ( lo visto y lo aún no visto) y millones de publicaciones que le quitan tiempo a uno si las siguiera al pie de la letra y como la red demanda– me invitó a un desafío fotográfico. Las reglas: siete días, cada día un post de facebook de una foto de blanco & negro de mi vida. Sin gente. Sin explicación. Después, cada día, el desafío es desafiar (valga la redundancia) a alguien más, a que se una al juego.


Día 1: 

La Pesca


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