jueves, 3 de marzo de 2016

Ferias I

Nos calzamos los lentes para zafarle al sol, el celular por si a alguien se le ocurre llamar (pensar que no hace muchos años salíamos dejando una cartita o una esquela sobre la mesa y hasta que no volviéramos nos manteníamos incomunicados), y cazamos el carrito con dos ruedas –una salvación para la espalda de las veteranas– o la chismosa. La de mango fuerte a rayas azul o rojo. Caminamos hacia la feria, generalmente la del barrio. Todos los barrios tienen una. Los martes y viernes la de Ciudad Vieja en la calle Reconquista, los sábados en Palermo en la calle Salto y la de Villa Biarritz en Punta Carretas, los domingos las del Parque Rodó y Tristán Narvaja, y así cada una es un mundo. Cada feria tiene sus particularidades. Algunas se destacan más por las cacharpas y los cachivaches que se extienden en cuadras y cuadras. Casi interminablemente. Otras por tanta ropa que seduce, especialmente, a las damas. 

Nos calentamos y puteamos porque los precios se disparan aunque los feriantes –laburantes desde antes que asoma el sol– nos quieren convencer con la calidad de ése tomate para ensalada, la naranja jugosa o la manzana dulce. Buscamos el bollón de café más barato que en cualquier supermercado, el jabón de 3 kilos para el lavarropas y de paso nos surtimos con algún producto para el baño, la ducha o renovamos la casa con alguna plantita o el artefacto-adorno inútil pero coqueto que los puesteros de cambalache quieren sacarse de encima para rescatar la moneda para el almuerzo.
Aprovechamos a comer sano con algún filete de merluza o por qué una corvina al horno. Ojeamos lo que sabemos que no nos interesa. Es que la feria es también el paseo del fin de semana donde miles de miradas se cruzan y, seguro, nos encontramos con el vecino de otro barrio que ahora se mudó, como nosotros, y el amigo que no vemos hace meses, siglos, entonces, sale un abrazo (y los recuerdos de aquellos años) en el medio de la calle que esquiva a la pareja que pasa con el nene en el cochecito o a al veterano que lucha con el bastón. Y después de unas horas, salimos surtidos para la semana. Hasta el viernes o sábado siguiente o el otro, o el otro, porque ahora los bolsillos piden cautela, aunque el paseo por la feria nunca falta.


Feria de la calle Reconquista, Ciudad Vieja. Noviembre, 2015.

Feria de la calle Salto, Palermo. Setiembre, 2015.

Feria de la calle Salto, Palermo. Setiembre, 2015.

Feria de la calle Salto, Palermo. Setiembre, 2015.

Feria de la calle Salto, Palermo. Setiembre, 2015.



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