jueves, 27 de octubre de 2016

El viento en la cara

Ciudadela y plaza Independencia, hoy. Montevideo, 2016.


Venía de la rambla. Fue casi imposible registrar imágenes allí sin que a la cámara le cayeran varias gotas de mar. El fuerte viento –que se viene anunciando desde hace días casi como si se tratara de un terremoto y, por eso los informativos de televisión no paran de hablar sobre eso– hacía que el mar llegara hasta la vereda e incluso cruzara a la de enfrente. Cuando llegué al punto más ventoso –según dicen– de la ciudad, en la calle Ciudadela y la plaza Independencia, Los que cruzábamos por allí debimos hacer malabares para cruzar la cebra, ya fuera rumbo al Teatro Solís, ya fuera rumbo al Palacio Salvo o al centro. Entonces, a esa altura el lente de mi cámara estaba goteado por el mar, culpa del maldito viento. Por eso, y sin querer queriendo, la señora que casi se queda sin pollera no tiene rostro. Y la foto así me copó. 

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