“El
cielo triste y caliente, indolente, bajo, claro,
en un
gesto de cansancio, pesado, oblicuo, tendido,
como otra
conciencia sobre la del hombre fatigado,
el cielo
bajo y caliente, el cielo indolente, digno,
pesando
sobre los árboles y su temblor detenido
y sus
pájaros sellados, los árboles en suspenso,
quietos
, el cielo bajo y pesado, el viento dormido,
el
viento dormido, el cielo bajo y pesado y quieto.
El
silencio estaba inmóvil apoyándose en las hojas
para no
turbar la calma magnífica de las cosas.
Cuando,
de pronto, increíble, insólito, apenas, cálido,
casi imperceptible,
leve, desde el fondo de la tarde,
un
suave soplo ligero se desvaneció, y cuando,
las
hojas se estremecieron como si fueran de carne”.
Idea
Vilariño
Peaje
29, Fortín Olmos. Santa Fe, Argentina. Abril, 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario