Calle Andes. Montevideo.
Diciembre, 2017.
Camino por el centro. Llego a
una esquina, miro hacia un lado y hacia otro. Cruzo el semáforo en amarillo
trotando porque en tres minutos pasa el 148 que debo tomarme, pero lo pierdo.
No por la torpeza de mis piernas ni porque esta vez el bondi va adelantado. Una
imagen me detiene. Me paraliza. Frente a mis ojos, la mismísima miseria (por no
decir la mismísima mierda). Eso es lo que pienso. Y me acuerdo de los seis,
siete, ocho (perdí la cuenta) tipos que vi durmiendo en la calle, en el
recorrido de doce cuadras que hice el día anterior, algunos también entre la
basura. Y qué país (tan chiquito el nuestro). "Qué tristeza la
pobreza", cantaba Zitarrosa. Qué miseria. Y qué mierda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario