jueves, 2 de agosto de 2018

Urbanas

Uno va caminado por la calle, concentrado, pensando en el día, en lo que hay que hacer, programando el mañana –aunque lo mejor es vivir el aquí y el ahora o sencillamente con la mente en la nada, disfrutando el tímido sol que pega a veces, cuando el invierno se siente, y de pronto algo (y/o), alguien, lo intercepta, lo cuestiona, lo sorprende, y se da cuenta que la ciudad toma otras formas, otros colores, otras miradas. Las de esas manos que no se ven y que pintaron muros y la de esos ojos que observan fijamente preguntando o diciendo quién sabe qué. 

Calle Gaboto, centro. Montevideo. 2017. 

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