jueves, 25 de septiembre de 2014

El adiós a China

“¡Gracias China!”, gritaron varias mujeres con voces desgarradoras de bronca, impotencia y, también, alegría, entre lágrimas y aplausos que parecían no terminan nunca. Primero en el Teatro Solís, por donde pasó el cortejo muy fugazmente, y por lo que se escucharon quejas. Luego en la calle Aquiles Lanza, donde además de un inmenso público de todas las edades (y clases sociales) la despedía, a su manera. Muchos sonreían: “Vivió 92 años y fue feliz”, soltó un canoso de casi su edad que la admiraba. Y por último, en el Cementerio Central donde descansará por siempre.


















 








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