Barrio La Comercial, Montevideo. Mayo,
2015.
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Vi
la imagen y recordé. Recordé aquella Ciudad
Ocre de Apegé** –ahora confirmo que fue una de enero de 2015– que tituló
“La carne plebeya” en la que describía un anoche de verano en la Cuidad Vieja. Lo
que mil veces vi. El histórico barrio es mi barrio. Y “…en la vereda de enfrente y al pie de una
puerta de madera que parecía bombardeada, toda una familia azuzaba un fuego del
que se desprendía un humo incontenible y olor a carne”.
Esta
vez no era una noche cualquiera, sino un día especial: el 1 de mayo, el Día de
los Trabajadores. El típico día donde en algunos barrios (ciertos barrios) la
gente, ésa que no tiene parrilleros en sus casas y que les importa un comino
mostrarse en las veredas, saca el mediotanque para ese asadito tan esperado.
Dijera Apegé, un acto plebeyo “en el sentido de hacer lo que puedo con lo que
tengo, de no pedir más que ese rato de satisfacción, de aceptar, también, las
condiciones de mi parrillero”.
Terminado
el acto –en el que se reclamaron derechos, se recordaron otros tantos, se
estiraron brazos y apretaron puños que quedaban en el aire mientras sonaban las
estrofas del himno y cientos de gargantas lo gritaban y muchas banderas
flameaban– caminando por los alrededores del Palacio entre esa montonera de
gente y el humo de las tortas fritas, los mediotanques lucían en los
alrededores.
El
hábito, aquel que describía Apegé hace
poco más de un año, sigue en pie. “Nunca había visto tanto mediotanque en las
calles como en las últimas fiestas. Y tanto impudor para ocupar la vereda:
tribus familiares o de amistad enteras con mesas, sillas, bebidas, heladeritas,
todo el banquete sobre sus veredas, con las puertas abiertas, los televisores
prendidos, la cumbia a tope, aunque la mayoría de los comensales se mantenga
sentada esperando su generosa porción vacuna”. Y sí, los uruguayos somos
carnívoros.
**Ciudad Ocre. la diaria, 15, enero, 2015; pág. 7.
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