Eras
hombre sencillo,
humilde
y sensible,
hombre
de pocas palabras
pero de
inmenso corazón.
Vivías
solo, pero feliz.
Te
conformabas con lo muy poco que tenías.
Muchas
inundaciones soportaste a metros del Yí.
Luchaste,
sin embargo,
Siempre,
por nosotros, tu familia.
Recuerdos
y nostalgias se clavan en la memoria,
mimos y
caricias, de niñez y adolescencia.
Y
aquellos tres inolvidables días de otoño
mateando
por las mañanas en el frente
con la
Clarín al oído y antes de acostarnos, también.
Reías
caminando bajo la lluvia
por la
ciudad, que tantos años te acogió;
aquellos mediodías en el patio, abrazados al
sol…
Gracias por tus sonrisas
por
tanto cariño
gracias
por ser como eras.
Te
llevo en mi corazón
por
siempre tuya…
“mi
querida nietita”.
** Arsenio fue expuesta en el Café "La Pausa" en marzo de 2010, con el nombre "El último adiós".
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