Beatriz andaba con las piernas vendadas. Eran las
várices, decía ella. Marion pasa todos los días por su casa para llegar a la
suya, en Punta de Rieles. Hace poco descubrió que allí había problemas. Que las
vendas de Beatriz no tapaban varices, sino moretones. Los que el marido le
dejaba. Ningún vecino se imaginaba que en esa casa había violencia, me contó
Marion, agarrándose la cabeza. Muchas veces se acercó para ayudarla. “Me lo
dijo cuando el marido ya tenía un arma para matarla”.
El
jueves, se realizó en la Casa del Vecino de Curva del Maroñas del Municipio F, el
taller “Violencia doméstica y de género: Estrategias de intervención y recursos
de territorio”, con el fin de sensibilizar en la temática y mejorar la
formación de operadores. Para quienes enfrentarse con situaciones de violencia de
género es moneda corriente. La quinta parte de las denuncias por violencia
doméstica en Montevideo están entro de los límites de ese municipio
Lo
primero, fue recordarlas y mencionarlas a ellas. A las miles de mujeres que han
sido asesinadas, víctimas de violencia de género a lo largo de estos años en
todo el país. Y como una cachetada, el subcomisario de la División de Política
y Género del Ministerio del Interior (MI), Richard Gutiérrez, comenzó
trasmitiendo la noticia que esa madrugada, a las 4.30, una mujer fue asesinada
en una whiskería de Paso de los Toros (Tacuarembó), que había finalizado la
relación con su ex pareja a quien denunció anteriormente. Con ella, son 26
las mujeres víctimas de violencia de género.
Adrián
Zelis, Lou Poison y Claire Niset del Colectivo La Pitanga, durante el taller.
Foto: Pablo Vignali.
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