lunes, 23 de noviembre de 2015

Mismísima fe



Es curioso entrar a una iglesia y ver a una mujer con la sotana puesta, el cíngulo que agarra su cintura y esa banda larga y ancha, que llaman estola, alrededor de su cuello. Son anglicanas con sus creencias, como toda religión. A diferencia de los católicos, no reconocen la autoridad del Papa de Roma, los obispos son quienes ordenen al clero y los pastores pueden contraer matrimonio.  Es que la fe sola –esa que mueve montañas en cualquier creyente–justifica al hombre.

En nuestro país, en plena Guerra Grande, había muchas familias inmigrantes, cristianos de tradición anglicana alejados de la iglesia romana. Pensando en ellos se gestionó la construcción del Templo Inglés –la primera iglesia no romana del Uruguay– que finalmente se inauguró en 1845, más conocida en el ámbito como la Catedral de la Santísima Trinidad. Allí, ayer, decenas de personas asistieron a la ordenación al presbiterado de tres mujeres, acto que en esta religión, al parecer, ellas hacen más que los hombres.



No hay comentarios:

Publicar un comentario