jueves, 20 de septiembre de 2018

Callejuelas


Uno aquí va caminando por esas calles angostas, angostísimas, de piedra, rodeadas de construcciones también de piedra. Sabes que la calle va a terminar en algún punto o te va a dar la opción de doblar hacia la izquierda o hacia la derecha, o hacia ambos lados. Ves los nombres pero no flechas. Y muchas veces vas caminando, anonadado con tanta belleza, sin saber que a pocos metros hay un cruce, otra calle. Hasta que algo o alguien se te cruza o atraviesa y aparece de algún sitio que todavía no te queda claro y te das cuenta que sí, que ahí hay otra callejuela como le llaman ellos, los gallegos. Y es que esto es como un laberinto en el que perderse es tan fácil como preguntar hacia dónde queda tal avenida, o dónde está tal comercio o tal iglesia. Salvo que a ése que le preguntás sea tan turista como vos y te salve sólo si tiene un mapa. Pero perderse acá lo mismo da. O mejor aún. Santiago es una cajita de sorpresas.



Rúa da Caldeirería, Santiago de Compostela. España. Setiembre, 2018.

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