No había chance. Debían ganar o
ganar. Si no quedaban afuera. Y se olvidaban de la Copa Libertadores. Por eso
tanta adrenalina que hacía zarandear más el barco que los cruzaba a la vecina
orilla para derrotar a Huracán y hacer explotar, en la tardecita noche, el Estadio Tomás Adolfo Ducó
en Parque Patricios . “Esta noche le vamo’ a dar, esta noche les vamos a ganar”,
cantaban con toda la algarabía, entre aplausos y chiflidos, decenas de hinchas carboneros.
Y cuanto más nos acercábamos al Buenos Aires querido, la epifanía y la emoción parecían
estallar. Yo también cruce la orilla. Me
llevó el mar.
En Colonia express, ayer,
llegando a Buenos Aires, Argentina.
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