sábado, 20 de agosto de 2016

Subite a mi moto

Local comercial en el centro de Montevideo. Agosto, 2016.

Desde la semana pasada las radios anunciaban que desde este jueves hasta el sábado, el centro, el Cordón, Ciudad Vieja y la Unión tendrían  descuentos especiales (descuentan hasta lo que no tienen con tal de vender). La excusa: el Día del Niño. Siempre estuvo esta cosa de salir a comprar desesperadamente para regalar. Los días del padre, de la madre, los abuelos y, ahora, hasta los “tortolitos” en San Valentín el 14 de febrero (algo bien yanqui) se volvieron sumamente comerciales. ¡En algunas tiendas de ropa íntima, si compras prendas color negras o rojas tenes un 15 o 20 % de descuento por la Noche de la Nostalgia!
Pero antes, los padres compraban lo que podían, hoy se endeudan por el mejor autito para el nene o la muñeca rubia que habla y hace ojitos para la nena. Hace unos días alguien subió a Facebook algo fascinante que decía, como si fuera la voz de un niño: “No me traigas juguetes, mostrame cómo jugar con cualquier cosa”.
30 años atrás, nos divertíamos –sabíamos divertirnos con poca cosa– con la rayuela, la payana, la bolita, el manchado o recorrer el barrio de calles de piedritas en bicicleta e incluso atrapando bichitos de luz en noches veraniegas. Hoy todo funciona a través de aplicaciones. Es que ni los niños se salvan, en estos tiempos, de tener un celular y a veces sin darse cuenta, se les “aniquila” la infancia. Infancia eran las de antes. Como esa moto. 

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