"Este mundo, que ofrece el banquete a todos y
cierra la puerta en las narices de tantos es,
al mismo tiempo, igualador y desigual:
igualador en las ideas y en las costumbres
que impone, y desigual en las
oportunidades que brinda".
Eduardo Galeano
("Patas arriba. La escuela del mundo al revés")
Aquella pobre mujer, ni
siquiera fue vista por tantos ojos que entraban y salían por la misma puerta
(algunos con la hamburguesa adentro de la bolsita), mientras fui testigo. Ni
mucho menos su mano alcanzó a sostener una moneda.
Personajes públicos que durante
el año comen en restaurantes lujos, ayer, elegían comida fast foot (¿para hacer
buena letra?) promoviendo el marketing de la multinacional (como ésta si
necesitara de ello). Otros, lo hacían en fast cars. Por la ventanita, el
trámite es más rápido.
Varios minutos después, una
jerarca ordenó entregar una bolsa con comida a la mendiga, seguramente, para
cuidar la imagen de la empresa. Aunque las cámaras de televisión estaban allí
registrando el adentro, podrían percatarse de aquella escena. Al menos, la
mujer pudo engañar su estómago con esa comida chatarra (no me vengan a decir
que es saludable), y pudo ser feliz por un ratito. Pero, ¿qué tan solidarios
somos los uruguayos? ¿En algunos casos, acaso, no nos preocupamos por la imagen
que damos y hacemos cosas por el qué dirán?
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