sábado, 1 de noviembre de 2014

The network society

Una turista en plena galería moderna de Estados Unidos (aunque elegiría otros lugares antes que visitar Norteamérica). Así me sentí ayer en el Latu. Una visita improvista en la feria que nada tenía de artesanal como Hecho Acá. Esa sí me gustaba. Ésta apestaba de tanta tecnología junta.
Nuevos modelos (no los últimos porque a Uruguay llega todo con cierto retraso) de celulares, tablet, plasmas y hasta una impresora en 3D, conquistan a la “sociedad móvil en red” como avizoró, años atrás, Manuel Castells*. El fin: "Convertir la tecnología avanzada en ideal para reducir la brecha de la conectividad". Pero, realmente, ¿estamos conectados?









Vivimos en un constante movimiento que, paradójicamente practicamos en reposo, sin movilidad corporal alguna. Viajamos sin movernos. Gracias al colosal mundo de internet (las redes sociales, las web’s, etc.) que nos ofrece esa “comodidad”, en que, como dice Bauman** “las distancias ya no importan”. Es que “la industria actual está montada para producir atracciones y tentaciones”. Por eso no terminamos de leer el manual del moderno aparato que acabamos de adquirir cuando el mercado nos abruma con el modelo siguiente que tiene las mismas aplicaciones, pero un poquito mejoradas. Y así “nos volvemos nómadas, siempre conectados” y nos convertimos en una sociedad de consumo en la que, a decir de Bauman, no se trata de “la avidez de obtener y poseer, ni la de acumular riqueza en el sentido material y  tangible, sino la emoción de una sensación nueva e inédita”.







Ya no nos conformamos con comunicarnos sólo a través de un teléfono de disco una o dos veces al día como hace 20 años ni ver una foto impresa en el álbum ni leer las noticias a través del papel diario.  Ahora vivimos pendientes del último modelo de celular, del iphone, la tablet o la computadora. Cuánta razón tenía Castells al decir que “los consumidores buscan que se los seduzca” y el mercado cumple creando, “nuevas prácticas sociales, valores y modelos de organización” en la interacción entre sociedad y comunicación. Sin reconocer los desarrollos y beneficios de la tecnología, me da pena que los niños y jóvenes del siglo XXI se pierdan de esconderse tras los árboles, saltar a la rayuela o jugar a la payana. Aunque deben quedar algunos, en los rincones de la periferia, que saben de esos juegos y los ganan.








   * La sociedad móvil en red. Manuel Castells. Ariel, Barcelona, 2006.
** La globalización consecuencias humanas. Zygmunt Bauman. Fondo de Cultura Económica, San Pablo, 1999.

1 comentario:

  1. Vicky, te mandé un comentario y no sé si están moderados, o se borró. Así que va de vuelta, tratando de emular lo que escribí antes ja. Decía algo como "Vicky, ayer hablamos sobre tecnología, conocés mi opinión. Igualmente comparto lo que decís de los niños. A mí, que tuve una infancia divina corriendo descalzo en la calle, me apena verlos tan dependientes de ella. Igual creo que es culpa de los adultos, eh? No tengo ni quiero tener hijos, pero adoro a los niños. Y cuando invito a los que tengo en mi vida a revolcarnos en el pasto o a correr atrás de una "pelota" (cualquier objeto plausible de ser pateado), largan el smartphone sin dudarlo. Buen post, buen blog. Me dijo un colega blogger "recuperemos la blogosfera". No sé si alguna vez la perdimos, pero me enamoré de la palabra blogosfera. Y no sé muy bien que es, pero por niño nomás, dedico la frase. Besos, adelante con esto que estás haciendo!" Algo así era je besito

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