“Nada
del mundo real
nada
del mundo real
desaparecerá,
desaparecerá...
nada en
el mundo es real
nada en
el mundo es real
…y es
así
pasa la
vida
solo la
vida
única
vida...
es
nuestra vida
nada
del mundo real”.
Así arranco, despacito, casi
como susurrando, de pie con los dedos clavados, no en las teclas del piano,
sino en las cuerdas. Y desde ese disco en el que homenajeó a Alberto Olmedo, Circo Beat, siguió para atrás en el
tiempo con Cable a tierra, Carabelas nada, 11 y 6… Y le cantó a Cuba con una de Silvio y otra de Milanes, y
galardoneó a Bob Dylan y su premio Nobel, y volvió a su repertorio con algunos de
esos clásicos que sí o sí deben estar en un concierto: Un vestido y un amor, Mariposa
technicolor. Y agradeció a la vida, que le ha dado tanto, recordando a
Mercedes Sosa, y mencionó aquellos años tan difíciles en que cualquiera iba en
cana, entonces, los acordes de Los
Dinosaurios de Charly, su gran amigo, sonaron y muchos cuerpos se erizaron y el Sodre casi explota
cuando, también, hizo apagar todas las luces y hacer al público prender las de
los miles de celulares. Y fue imposible evitar esa emoción que deja hace correr un lagrimón por la mejilla y poner la piel de gallina por ese momento y por el recuerdo de los 90' cuando Fito sonaba en las radios después de vender
millones de El Amor después del amor.
Saludó y pegó la vuelta. Se fue. Pero sabiendo que volvería. Ya con otro saco. A
rayas. Y la rompió con Dar es dar. Pero,
increíblemente, habían pasado dos horas, en las que además de cantar y hacer
partícipe a los miles de espectadores entre aplausos y letras, agradeció a esta
ciudad que es como la suya, su casa. Y su gran repertorio quedó corto. Cortísimo. Y se
fue diciendo: “Qué lindo es irse así, cantando como un susurro, casi en secreto”.
Y las teclas largaron apenas unos acordes de
Y dale alegría a mí corazón, porque la canción la cantamos todos, con Fito
dirigiendo de pie desde el borde del escenario, de espaldas a su piano. Y otra
vez más de una piel, seguro, se puso
como la de una gallina.
“Y
dale alegría, alegría a mi corazón
Es
lo único que te pido al menos hoy
Y
dale alegría, alegría a mi corazón
Afuera
se irán la pena y el dolor”.
Fotos: Fito Páez, el miércoles, en el Sodre. Montevideo,
2016.
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