miércoles, 26 de noviembre de 2014

Ni una más

En el Día Internacional de la no violencia hacia las mujeres, Mujeres de Negro realizó su quinta marcha, desde la plaza Independencia hacia la explanada de la Intendencia de Montevideo.






Según el último informe presentado por el Ministerio del Interior, 24 mujeres fueron asesinadas en casos de violencia doméstica en lo que va de 2014.








La INDDH, si bien, reconoce los esfuerzos realizados por el Estado en la implementación y evaluación de políticas públicas, destaca que "el país está endeuda con la elaboración de un nuevo plan de lucha contra la violencia doméstica". * 

  



















lunes, 24 de noviembre de 2014

La Margarita



Voló alto. Como tocando el cielo. Entre su inmensa sonrisa divisé la tormenta. Era cuestión de segundos. Para atrás y para adelante, se zarandeaba en hamacas negras. Jamás había visto de esas. Al certificar su forma en semicírculo, entendí lo alto de su vuelo. Su risa, de felicidad íntegra, se perdía en el aire. Se la llevaba el viento. Al igual que al brincar en un pie, rodeada de tantos verdes, margaritas, agapantus y eucaliptos.
Se enamoró del pequeñísimo bichito prendido del tronco. Un San Antonio que apuró el pasó cuando se percató de sus manitos. Sin gotas aún asomándose, abrió el paraguas y jugó, fascinada por lo gigante del objeto o de su propia pequeñez. Después, se agachó en busca de algo que no alcancé a reconocer. Prendió la vuelta y en otro salto se me acercó: “Esto es para ti, tía”, me dijo calzándome la margarita en la oreja, y su alma pura. 





sábado, 22 de noviembre de 2014

Garra porteña

La Orquesta Típica Fernández Fierro, la revolución del tango. 
Anoche, por primera vez en Uruguay, con la cantante Julieta Laso (y su impresionante puesta en escena), presentó en La Trastienda En vivo. Y la rompió.




















jueves, 20 de noviembre de 2014

Luna


"No sabe esta luna
cómo todo es triste.

Cómo es bello el mundo
y la misma muerte acaso,
acaso, es volver sin irse.

Sola arriba, sola.
Tan perfecta y blanca.
¡Tan alta!
¡Tan lejos de todo!
Nada arriba, nada.
Ella sola y nada".

Líber Falco



martes, 18 de noviembre de 2014

Sucedió


Allí. Entre whiskys y cañas estuvieron. Sus vidas transitaban, lentamente, por nuevos mundos: Piazzollas, Onettis, Mufas, lugares por recorrer, espectáculos por ver, mates y tererés por chupar, carreteras nacionales, metros bonaerenses, mares cristalinos, tintos, manjares propios, ramblas por caminar, Cabreras en vivo, estaciones, algunas sacudidas, fotografías para ver, vientos, poemas por recitar, lluvias, atardeceres… Y allí, contra la ventana, frente a frente, ella supo con tan sólo un par de palabras, desprendidas de aquella voz firme, que ése era su destino. Con una sola certeza: la de estar juntos, para siempre.



domingo, 16 de noviembre de 2014

Copa tricolor


A mi viejo

Diego Arismendi la metió en el arco. Y el 1 a 0 (a Cerro) llevó a Nacional a la copa del Torneo Apertura. El Parque Central fue todo fiesta.










sábado, 15 de noviembre de 2014

Mc día (in) feliz

"Este mundo, que ofrece el banquete a todos y 
cierra la puerta en las narices de tantos es, 
al mismo tiempo, igualador y desigual: 
igualador en las ideas y en las costumbres
 que impone, y desigual en las 
oportunidades que brinda".

Eduardo Galeano
("Patas arriba. La escuela del mundo al revés")




Aquella pobre mujer, ni siquiera fue vista por tantos ojos que entraban y salían por la misma puerta (algunos con la hamburguesa adentro de la bolsita), mientras fui testigo. Ni mucho menos su mano alcanzó a sostener una moneda.
Personajes públicos que durante el año comen en restaurantes lujos, ayer, elegían comida fast foot (¿para hacer buena letra?) promoviendo el marketing de la multinacional (como ésta si necesitara de ello). Otros, lo hacían en fast cars. Por la ventanita, el trámite es más rápido.

Varios minutos después, una jerarca ordenó entregar una bolsa con comida a la mendiga, seguramente, para cuidar la imagen de la empresa. Aunque las cámaras de televisión estaban allí registrando el adentro, podrían percatarse de aquella escena. Al menos, la mujer pudo engañar su estómago con esa comida chatarra (no me vengan a decir que es saludable), y pudo ser feliz por un ratito. Pero, ¿qué tan solidarios somos los uruguayos? ¿En algunos casos, acaso, no nos preocupamos por la imagen que damos y hacemos cosas por el qué dirán?


viernes, 14 de noviembre de 2014

Acustica

"Nada resulta superior al destino del canto. 
Mi voz canta lo que la tierra me dicta, 
el cantor no elabora, solamente traduce...".

Atahualpa Yupanqui

Así comenzó, ayer,  su recital Erika  Büsch en la sala Hugo Balzo del SODRE. Frente a un público emocionado, presentó su nuevo álbum: "Acústica", compuesto por un conjunto de canciones latinoamericanas de diferentes autores que forman parte de nuestro acervo cultural.













jueves, 13 de noviembre de 2014

Así lo quiso el destino

Me cautiva una sensación por salir sin rumbo. Dos vueltas en la cerradura y veo el 148. Es ése. Cómo sería aterrizar en “Aviación por Lezica”. La guarda me mira a los ojos con un “buenas tardes” suave y amable y me agradece ni bien el ómnibus pega la vuelta en el barrio más histórico. Buen comienzo. Busco un asiento contra la ventanilla. Quedan sólo los de atrás, encima de las ruedas que te llevan a los saltos como el zamba del Parque Rodó, pero con una buena visión. En la parada siguiente una veterana sube con dificultad. Busca una ventana, sin registrar que la trabajadora la saluda cordialmente. No tiene más opción que sentarse en el fondo, de lado del chofer. Nadie se sienta con nadie. Son puras mejillas pegadas al vidrio, ojos clavados en el afuera, pensamientos de ambulantes y oídos con auriculares que simulan estar en otro mundo para no escuchar los chusmeríos de los pelotudos que se prenden a exhibir sus rupturas amorosas en la radio, celebradas y convertidas en el show de la tarde por Orlando Petinatti. Por eso me enchufo también. Dejo que Astor me deleite con su bandoneón mientras el aire fresco me alivia el olor insoportable del viejo con nariz de borracho que va tambaleándose entre sus sueños y los fierros y cayendo sobre mi hombro. Me muevo para zafar de ese cuerpo pesado, mientras un pibe prendido del barrote me mira con consuelo. Qué momento, pero pobre tipo. Al menos tiene cara de bueno, no como ese concheto cuarentón de lentes fashion que se cambió de asiento ni bien quedó una ventanilla libre. Me sorprende: Aún conserva la boletera de tamborcito.
Suspiro. El borracho reacciona y se baja. Pero el ómnibus se va llenando y me espera una tortura. Un adolescente ocupa su lugar con una cumbia que le aturden los tímpanos. Quiero que desaparezca, pero apenas terminó de acomodarse en los fierros que siguen sonando como si fueran a destartalarse y me conducen a la otra punta de la ciudad, donde no hay mar y todo es distinto, supongo, y rezo para que no sea también su destino.

Unos bajan, otros suben. Dos mujeres hablan a los gritos. La teñida de caoba sin dientes delanteros, nos cuenta que a las cuatro tiene que llegar a algún sitio y no sabe cómo va a hacer. Son la vergüenza del ómnibus delatan las miradas cómplices entre algunos pasajeros y otras que buscan la vista exterior evitando esas voces chillonas que sobresalen en más de un auricular.
El celular del joven suena, increíblemente, con un tono sutil. “Me dejó tirado”, le dice a la voz del otro lado. “Me fui al seguro, se me cayó un somier en el pie y toy yendo pa’ casa”. Y en eso veo un morenito de no más de 8 años que coloca estampitas sobre las piernas de los pasajeros sin mediar palabra alguna con mirada pudorosa y sumamente triste, en el instante en que casual o milagrosamente Piazzola me toca la Milonga del ángel. Con desinterés por la imagen de algunos de los santos que lleva impresos busco monedas en mi bolso, pero desapareció en un santiamén para suerte del músico que con su guitarra nos canta Amándote de Jaime Roos. ¿Amará ganarse la vida así? En ese recorrido son varios los que buscan ganarse la vida sobre ruedas. Un tipo nos quiere vender un producto “útil y necesario para el hogar” que elimina toda mancha como la exagerada que se hizo en su camisa blanca para demostrarnos que no es puro verso. La desdentada y su amiga murmuran a risas y le compran el quita manchas que a la mayoría parece no convencernos.

Nos entremezclamos en el mismo bondi, al decir de los chetos como esa veterana tan maquillada que da asco sólo con verla por esa máscara de base que simula las arrugas y deja al descubierto un cuello pálido; o el canoso sesentón de pelo engominado, gafas oscuras, sobretodo largo y mocasines brillosos, que me echa un vistazo al descender porque lo intimido. Ellos y la señora de uñas largas al rojo vivo que le combinan con el pañuelo de seda y que ya descendió, no tienen ni puta idea de lo que es vivir en el mundo de la desdentada ni del sacrificio que hacen para ganarse unos pocos pesos la joven de campera y gorra azul de Esso, o la veterana que lleva un pesado bolso de Seccom y pide una cama a gritos, o el obrero que carga la máquina de cortar el pasto. Ni muchos menos imaginan la vida de ese pobre niño, seguramente sin cédula, obligado a mendigar para llevarles el pan y la leche a su madre y sus cuatro o cinco hermanos más chicos que él. Ni del pibe que va a mi izquierda que sigue con su cumbia y la tararea loco de contento por regresar a su casa sin mucho dolor, al parecer, por el somier que le aplastó el pie. “Cuando para aquí, cuando para allá, canta palmeándose la pierna.

Cruzando el mugriento arroyo Miguelete un joven de ojos azules despampanantes que descolocan a la desdentada y su amiga nos pide los boletos. Miméticamente todos revisamos bolsillos y carteras y ellas cuchichean sin sacarle la vista de encima, mientras los de a pie van apretados e incómodos, y otros tantos con rostros exhaustos o medio amargos como el mío por tener que fumarme esa cumbia que ahora dice que “se muere de celo y envidia”, y el boquitoqui del divino inspector del que salen voces de algún sitio. Suspiro, nuevamente, con alivio: Llegamos a Colón, por fin el plancha se baja.
Lezica no es el barrio que imaginé, al estilo Casabó. En amplios jardines lucen grandes chalets de ladrillo a la vista que bien podrían ser de aquel canoso engominado o la coqueta con kilos de maquillaje. En la avenida que lleva su nombre la elegante Iglesia María Auxiliadora espera a sus fieles, y más adelante, grandes galpones son o fueron fábricas en algún tiempo.

“Destino” nos avisa la guarda a mí y otra mujer que parece tan perdida como yo. Y ahí estoy, como en el medio de la nada, con el viento golpeándome la cara y zumbándome el oído entre una plaza sin nombre y un campo vallado donde descansan cinco avionetas. Un rubio solitario me dice que “están buenos los aviones”, cuando se percata de mi presencia. Eduardo es del barrio y va todos los días a verlos. Su padre era aviador. “Se hace chiquito el avión, allá va”, lo sigue con el dedo hasta perderlo en el horizonte. Me cuenta que andar una hora duele 1600 pesos. Imposible para su bolsillo. Me despido y camino hacia el pueblo que aún no despertó de la siesta y está lleno de perros y paradojas: En la plaza con hamacas y juegos para niños, un cartel advierte Espacio para adultos, una pancarta anuncia un candidato a diputado de un tal Vázquez con Pedro Bordaberry y las garitas de ómnibus se disputan grafitis entre el Bolso y el Manja que alcanzo a ver al subir a otro 148 que me dejará en la misma parada. Me vuelvo con la sensación de haber estado en un interior profundo que nada se parece al bullicio capitalino y con Eduardo que me susurra, pero no el soñador de avionetas, sino el Darno que me canta que “aquellos aires me sedujeron”.


                                
Lezica. Agosto, 2014.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La espera

Al parecer, estos gimnasios que han invadido plazas, ramblas y otros espacios de la ciudad, han sido una pegada para quienes aprovechan su gratuidad para ponerse en forma. Las mascotas se deleitan del paseo al aire libre y esperan el final de la sesión.


Plaza Zabala, Ciudad Vieja. 2014.

martes, 11 de noviembre de 2014

Ésa azotea

"...Subo el alma a la azotea
Para que esté libre y pueda jugar
La ropa de la vecina
Cuelga y mira para acá..."

Fernando Cabrera


Ciudad Vieja, 2013.

Me resulta casi imposible asociar esta foto con esa frase de Cabrera. Esa azotea, frente a mi balcón, tiene un qué se yo... 

domingo, 9 de noviembre de 2014

Grande Chino!

Los 90 minutos ya estaban jugados. Peñarol ganaba 1 a 0. En tan sólo los últimos cuatro minutos de descuento, Nacional dio vuelta el partido: 2 a 1. El primero de Iván Alonso, el segundo de Álvaro Chino Recoba. La Colombes y la Olímpica explotaron.  Inolvidable para los tricolores (y los aurinegros también).