Las estadísticas dicen que son muchos los pobres
del mundo, pero los pobres del mundo son muchos más que los muchos que parecen
que son. La joven investigadora Catalina Álvarez Insúa ha señalado un criterio
útil para corregir los cálculos:
– Pobres son
los que tienen la puerta cerrada – dijo.
Cuando definió su definición, ella tenía tres años. La mejor edad para asomarse al mundo, y ver.
Eduardo Galeano
(De “Bocas del tiempo”)
Semanas
atrás, los medios de comunicación daban a conocer los resultados de la Encuesta
Nacional de Salud, Nutrición y Desarrollo Infantil, un trabajo del Instituto
Nacional de Estadística, el programa Uruguay Crece Contigo y la Facultad de
Economía (Udelar). Destacaba, entre otros
datos significativos, que en los hogares con niños de 0 a 3 años los niveles de
desigualdad son más elevados que en la población en su conjunto y que uno de
cada cinco niños vive en situación de hacinamiento. A algunas autoridades
nacionales les cuesta reconocerlo. La ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi,
negó –según varios medios de prensa– que los niños, estén pasando hambre. Si así fuera, evaluó, “estaríamos en
una omisión absoluta". Sin embargo, el
director de la División de Salud de la Intendencia de Montevideo, Pablo
Anzalone, reconoció que “el 4% de los niños pasa hambre”. Pero, es algo que
“nos cuesta decirlo”, valoró. Si bien la pobreza en Uruguay bajó de 40 a 9%,
según el ministro de Economía, Danilo
Astori, él reconoció a El Observador “que falta recorrer caminos” porque “todavía hay niños con hambre, sin duda”. Sí,
sin duda. Basta recorrer cualquiera de los barrios de la periferia
montevideana, concentrados en el oeste o el norte, para darse cuenta que ésa
foto, es parte de nuestra realidad. Triste, pero realidad la fin.
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