Reclamos incesantes, primero. Cuatro
horas y media de debate en la Cámara Baja, después. No fue tan sencillo. Finalmente,
y tras la iniciativa del diputado frenteamplista Oscar
Groba (Espacio
609), se votó por unanimidad el Día del Trabajador Rural. El pasado 30 de
abril, por tercera vez, los peones del campo gozaron de “su” feriado no
laborable pago, explícito en la Ley N° 19.000 promulgada en noviembre
de 2012.
“Yo nunca tuve
tropilla,
siempre en montao en ajeno.
Tuve un zaino que, de bueno,
ni pisaba la gramilla.
Vivo una vida sencilla,
como es la del pobre pión:
madrugón tras madrugón,
con lluvia, escarcha o pampero,
a veces, me duelen fiero,
los hígados y el riñón.
(...)
¿Qué puede
ofertarle un peón,
que no sean sus pobrezas...?.
A veces me entra tristeza,
y otras veces, rebelión.
En más de alguna ocasión,
quisiera hacerme perdiz,
para ver de ser feliz,
en algún pago lejano.
Pero a la verdad, paisano,
me gusta el aire de aquí”.
Atahualpa Yupanqui
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