jueves, 9 de octubre de 2014

Aquella tarde...

Se había anunciado. La tarde se hizo noche.  Llevaba casi dos horas de página en página sintiendo llover con furia. De golpe, no sé cómo ni por qué me entró una tristeza incomprensible. Me abrazó la soledad y tuve ganas de llorar. Y presentí.

Aquella tarde de junio presentí que esa soledad se transformaría en dolor. Y el tiempo me dio la razón y la vida me sorprendió como nunca imaginé. Aquella tarde lo presentí.





No hay comentarios:

Publicar un comentario