Sonó
el teléfono. Del otro lado, un sacerdote amigo. Lo sorprendió. El Papa
Francisco lo nombraba Cardenal. Daniel Sturla quedó “impactado” con la noticia que lo convirtió en el segundo Cardenal de Uruguay. Era el 4 de enero.
Ayer, 17.30 sonaron las campanas. Y las palmas de cientos de creyentes, de
diferentes religiones, estallaron en aplausos durante varios minutos, que
celebraron su designación, en el Atrio de la Catedral Metropolitana de la plaza
Matriz. Y todos agradecieron a Dios.
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