Buscavidas

Ríen. Sí. Algunos andan por la ciudad mostrando amplias sonrisas. A veces, no tienen ganas de hacerlo. Ellos también tienen sus malos días. Pero abriendo la boca, mostrando los dientes y estirando los pómulos hacia atrás, es la única forma que tienen de ganarse la vida. En las veredas, las peatonales, las esquinas con semáforos, los parques, en plenas avenidas o plazas y, sobre todo, en los ómnibus. Cualquier lugar por donde ande gente. Otros no necesitan de su sonrisa.  Les alcanzan los dedos o pulmones.  Hacen sonar su instrumento y  valer sus dones musicales. Otros, prefieren inmutarse ante miles de individuos que van y vienen frente a ellos. Respiran muy levemente. Inmovilizan su cuerpo sin siquiera pestañear. Salvo para agradecer la moneda que, por fin, cae adentro de la gorra o la lata. Y recién ahí mueven los dedos y las muñecas y giran apenas, sólo apenas, la cabeza y el cuerpo.

Todos, intentan, durante horas y horas,  que aquel ciudadano que pasó, lo miró y llamó su atención, quizás le causó gracia o por qué no le generó una emoción, suelte una maldita moneda.

Estatua Viviente en Plaza Independencia. Setiembre, 2010.

Payaso Pildora. ómnibus de Cutcsa rumbo al centro. Mayo, 2013.

Mimo. Peatoal Sarandí, Ciudad Vieja. Octubre, 2012.

Y en eso de que todo tiene “su día”, los artistas callejeros crearon el suyo. Pero no fue en un periquete. Tras años y años de lucha, los Artistas Callejeros Asociados (ACA) lograron que la Junta Departamental, mediante la Resolución No. 9.227, nombrara los 16 de marzo como Día del Artista Callejero. En homenaje al nacimiento de Juan Antonio Rezzano Ferrim: "Fosforito". El Chaplin uruguayo. Un mito montevideano. Ése al que muchos  tomaron como modelo para vivir de un arte ignorado. Y en esas andan. Reclamando sus derechos entre acordes, cuerdas, humor, risitas, gestos, muecas, movimientos. Intentando ser reconocidos. Buscándose la vida.

Estatua Viviente. Av. 18 de Julio. Octubre, 2014.

Peatonal Sarandí. Setiembre, 2013.

Músico Callejero. Agosto, 2006.