testigo: Pieza única

martes, 3 de marzo de 2015

Pieza única

El tipo fue la autoridad máxima del Estado. Su mandato habrá conformado o no, y como todo gobierno cometió miles de errores (y quizás algunos horrores según cada uno entienda), y muchos asuntos quedaron por el camino. Sí. Muchos, muchos. Lo cierto es que el Pepe escapa a las corbatas, los sillones de alto mando y coches lujosos. Anda en su Fusca, cada tanto come en boliches comunes del centro, viste como cualquier laburante, dona parte de su sueldo para que miles de familias solucionen su vivienda mediante el Plan Juntos, vive como cualquier obrero en su sencilla chacra al oeste de Montevideo, donde, además, instaló contenedores que, a partir de esta semana, harán de aulas para que decenas de jóvenes se especialicen en estudios agrarios. Y por sobre todas las cosas, al hablar, lo hace sin rodeos, al estilo del pueblo, para que todos entiendan hasta los más tediosos temas.

Dejó a Uruguay como un país “modelo”, promotor de la legalización de la marihuana y el aborto y el matrimonio igualitario. Y la cosa no terminó allí.

El domingo, 1 de marzo, luego que le pasó la posta a Vázquez, se fue, en su Fusca, como silbando bajito, para seguir trabajando desde su banca en el Senado que asumió hoy, a tan sólo dos días de abandonar la banda presidencial.

Nos guste o no, el “fenómeno Mujica” resultó envidiable para muchos latinoamericanos y europeos*, resaltó “orgullos” por haber tenido un presidente “ejemplar”, de gran carisma, humildad, y austeridad. Y es por eso, también, que se ganó el respeto y el cariño de miles de uruguayos que el viernes 27 de febrero, fueron especialmente a agradecerle su forma de ser y los aciertos de sus cinco años de gestión, que dejaron profundas huellas en la historia del país.