miércoles, 1 de junio de 2016

Tres colores, una pasión

Blanco, rojo y azul. La piel se me puso de gallina. La emoción contagiaba. Miles de personas acariciaban cualquiera de los tres colores. Los tres. La inmensa tela flameaba tapando toda todas las tribunas del Estadio Centenario. Cientos de celulares salieron de los bolsillos para registrar ese momento. Un momento glorioso en un partido amistoso con Real Atlético Madrid que ni siquiera tenía la adrenalina del Campeonato Uruguayo o la Copa Libertadores o cualquier otra copa. Aquello, que al principio no sabía cómo describir, cómo llamarlo, era... Qué se yo… Mágico. Entonces comprendí que tenía frente a mis ojos el comienzo de lo que en ese instante fue una idea. Una simple idea que con los meses fue tomando color como los de la bandera y el escudo que miles de sus hinchas llevan tatuado en el pecho, en el brazo, en la espalda y a la izquierda de la camiseta, en el termo y el mate, en el paraguas, en el adhesivo que adorna la ventanilla del auto– y se convirtió en un proyecto. Un fotoreportaje sobre una historia. La de miles de hinchas que acompañan a su cuadro al césped que sea, a los 11 jugadores que dejan allí el alma, le vaya pésimo o de maravillas, puntero o último en la tabla de posiciones del torneo. Es que no hay con qué darle. La pasión y el fanatismo no tienen barreras ni fronteras. Es puro sentimiento.

 Nacional Real vs Atlético Madrid. Estadio Centenario, Montevideo. Agosto, 2013.

“Tres colores, una pasión” se exhibió en la sala Ángel Tejera de la Casa de la Cultura de Maldonado desde el 14 de mayo hasta ayer. Para mi mí todo un logro. Sueño cumplido. Aunque la idea es que siga recorriendo el país. Para Ojalá, así sea. Tricolor, tricolor.


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