Los uruguayos tenemos la suerte
o mejor dicho el privilegio, de vivir en un país de muchas costas. Y en ellas el
sol y el mar son siempre cómplices de tanta belleza; ésa en que ambos se anudan
en el horizonte para despedir el día y dar paso, tímidamente, a las noches. Entonces, los naranjas, amarillos y rojos se entremezclan
con el azul del cielo. Una escena única, reflejada en las orillas, musa
inspiradora de muchas manos que se dejan llevar por plumas y pinceles que
sueltan letras y pinturas, consideradas, luego, obras de arte. Y los dedos de quienes
a través del visor de una cámara observamos y esperamos el preciso instante
para apretar el disparador y registrar esa imagen tan nuestra: los atardeceres
en la playa, virtuosas obras de la naturaleza.
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Lagomar. Diciembre, 2014. |
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Lagomar. Diciembre, 2014. |
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