domingo, 8 de febrero de 2015

Al ritmo de Sur y Palermo

El sol ardía. Estaba en lo alto aún cuando la gente se acomodaba en sus sillas. Algunos postigones avisaban donde encontrar el agua para el mate, las tortas fritas y los balcones para divisar mejor. Todo una fiesta. La típica y tan esperada por muchos que año a año hace vibrar las paredes y los corazones de quienes lo llevan en el alma (tamborileros, gramilleros, mamas viejas, escobilleros, bailarinas y todos aquellos que trabajan para que cada comparsa luzca brillante). Y los niños gastaron espumas y tiraron papelitos, al compás del tamboril.

















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