El
trabajo es duro. Llevan horas allí, y aún les queda. Es media mañana. Ellas
hablan del amor. Una está enamorada, dice que sueña con casarse. La otra retruca
que con qué necesidad, “mirame a mí”. Ellos conversan poco, como todo hombre. A
los niños (dos) les toca la tarea de repartir los peces en los cajones que trajo
un camión y que se llevará el intermediario,
el que tiene las cámaras de frío. El que hace la guita. Los pescadores apenas ven
unos vintenes. Pero mejor así. Con las barcas vacías el invierno sería más cruel. Y el Santa Lucía
es fiel testigo.
Río Santa Lucía,
Santiago Vázquez. Montevideo, julio 2015.
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Río Santa Lucía,
Santiago Vázquez. Montevideo, julio 2015.
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Río Santa Lucía,
Santiago Vázquez. Montevideo, julio 2015.
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