Ayer conocí a tres
especialistas –Alicia Cabezudo, argentina, y Tica Font y Pere Ortega, españoles– en desarme
y gasto militar. Aterrizaron en nuestro país invitados por el Movimiento de Educadores por
la Paz en el marco de varias actividades que organiza la Conferencia Mundial de
la Oficina Internacional por la Paz.
En el hall del Hotel Balmoral
Cecilia Álvarez* lo entrevistó para la
diaria mientras yo debía registrarlos con mi cámara. Y los escuchaba. Pareciera
que llegar a la paz es pura utopía. Es que cuán difícil resulta pensar a América
Latina, por pensar sólo en nuestro continente, sin guerras, sin narcotráfico,
sin tráfico de niños, de inmigrantes, de armas…. Siguieron nombrando los
especialistas. Esas son las amenazas para la estabilidad, dijeron. Y aseguraron
que “los gobiernos latinoamericanos han disminuido su gasto militar”, salvo
excepciones. Uruguay es uno de ellos. “Tiene unas Fuerzas Armadas sobredimensionadas
respecto de su escasa población, podría optar por reducir o eliminar su
Ejército”. Especificaron que tenemos un índice de 7,8, un ejército de 25.000 efectivos
y un gasto militar cercano a 2% del PIB. Y en esto tienen mucho que ver los
gobiernos que han preferido seguir por un camino incorrecto porque no
entienden, opinó Ortega, que para que la población se sienta segura no necesita
de las FFAA, sino de trabajo, vivienda y educación y sanidad. Y cuánta razón
tiene. Se está haciendo dificilísimo cambiarle la cabezita a la izquierda que
en sus políticas en defensa no hay diferencia con las de la derecha, siguió
Ortega. Qué cabezita la izquierda.
Tica Font, Alicia Cabezudo y Pere
Ortega, ayer.
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